domingo, febrero 12, 2006


Parte I: Las mil mujeres en mí

Comienzo a entender al fin la estructura del mosaico, y es que soy mil mujeres, de cada una, una parte.
Y, en el no definirme, pensé que no me conocía.
Buscaba sustentación anhelando encontrar en alguna base mi nombre, cuando este ya estaba escrito en cada una de ellas. Pues, de negar alguna, niego mi historia, y la que de ella he resultado ser.
Existe en mi la fiel y la traicionera, la amante y la amiga, la impulsiva y la Penélope, la simple y la compleja. Y existen muchas mas, invariablemente contradictorias.
Comienzo a amarlas cuando, al fin, se ponen de acuerdo y dejan los celos, o cuando tomo de alguna las virtudes que me permiten saltar limpiamente la valla, o cuando me lanzan certezas que guían mis pasos.
Gobernarlas es gobernar mi voluntad. Elegir una u otra es escoger la herramienta que deseo utilizar para vivir lo que el camino me depare. El camino en esta vida mía... la que tercamente elijo todas las mañanas.
Al re-conocerlas, me encuentro. Por fin el encuentro que esperé, por el que desperté y tomé la espada.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Cambiante como el agua, imposible de agarrar con fuerza, pero refrescante y apacible para mi estar. como el reposar sobre el lago.