Contener II

“…Hoy quisiera ser viejo y muy sabio, y poderte decir lo que aquí no he podido decirte, hablar como un árbol, con mi sombra hacia ti…”

Quisiera aprender a Contener.
A que tus dolores y reacciones no me atraviesen, no me derriben, tener raíces firmes.
Quisiera que mi pecho deje de ser un zarzal, y se convierta en ramaje, en refugio.
Quisiera utilizar mi paz para ver las situaciones con perspectiva, desde la altura de mi copa.
Quisiera que mi actuar y mis palabras te den sombra, y te sirvan de cobijo.
Quisiera, al fin, entregarte mi amor sereno.
Y quisiera también, dejarme contener.
Permitir que seas el hombre sabio que sabes ser.
Quisiera sentir que al apoyar mi cabeza en tu pecho, puedo encontrar la calma.
Quisiera que cuando pierda el hilo y me caiga al vacío, me sujetes fuertemente y pueda verme con tus ojos.
Quisiera que sigas siendo una inspiración, por el hacer de tus manos, la ruta de tu paso y la serenidad de tu voz.
Quisiera que me amaras con calma.

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